viernes, marzo 31, 2006

Caamaño: Ocoa etapa superior del constitucionalista(4)





Caamaño:
Ocoa etapa superior del constitucionalismo

Por Moisés Iturbides

Hemos señalado que Luis Fernández el corresponsal itinerante de El Nacional habia tenido problemas para encontrar el hecho noticioso en una fuente tan compleja como lo es una zona de guerra, los periodistas veteranos de la guerra de abril éramos muchos pero nos empleaban solo en El Nacional, Radio Comercial y El matutino El Sol, pero recuerden que me habían empleado apenas el día dos para cubrir las incidencias de la llegada de Caamaño más bien en la ciudad, Pero ni Freddy ni yo pensamos y tal vez ni Many Espinal en la zona de guerra. Acordamos salir la mañana del martes pero Luis llamo por la tarde del lunes a Freddy y este cambió los planes.
El martes cinco me lo pase en un aburrido ir y venir en busca de alguien que opinara y nada, todos habían desaparecido y si veía a alguien lo primero que me advertía era que no sabia nada, y nadie soltaba prenda y yo me concentraba con Orlando Martínez en revisar los cables internacionales para hacer síntesis, puesto que con algo habia que cubrir los espacios y esto por lo menos hablaban de Caamaño y eso ya era noticia.
El miércoles seis a las siete de la mañana partimos a Ocoa y poco antes de las diez estábamos arribando al Hotel Marien, debo reconocer que bien hizo el doctor Molina con mandar a Cuquito, el hombre era ducho en el trato con los militares, los viajantes como se le suele decir a los vendedores son muy diestros en el trato con los esquivos soldados a mas de que frente a los cuarteles era que se guardaban los vehículos con las cargas, la pericia de este hombre es por lo que llegamos temprano a Ocoa.
Al llegar al hotel Cuquito registro nuestra delegación mientras yo saludaba a la tropa periodística, la idea de quedarnos en Ocoa fue del doctor Molina Morillo quien alegaba que era muy arriesgado ir y venir diariamente y tenia toda la razón las cosas no estaban para estar en la carretera cruz Santana era el administrador del Hotel y le pregunte como se llegaba a la comandancia policial y me mando con un ayudante suyo aunque era muy cerca; para mi sorpresa el comandate era Minguito un pequeño pero fornido oficial de la policía que entrenaba a los cascos blancos y después cascos negros en técnicas de Judo, Karate y lucha libre, lo habia conocido en el gimnasio Camilo como entrenador de pesa en 1960. Mayor fue la sorpresa cuando salio de una habitación el coronel Isidoro Martínez, quien se acercó sonriendo y me dijo que tu haces aquí y echándome el brazo al cuello me apartó un poco y me dijo vete al “tetero de los Mejias” que hay un lío con los guardias y como se llega a ahí, pregunté, necesita un práctico me dijo y si no me dejan pasar, reclamé, vete que no hay restricción; puntualizo Salí rumbo al hotel y le dije a Cruz que necesitaba un práctico para ir por la montaña, llamo otro de sus hombres y le ordenó llevarme, le pedí me llamara al Diario, le sugerí a Freddy esperar para cierre porque iba a la montaña y vendría con una buena información Cuquito y Manolo Gómez ya estaban en el carro y partimos de inmediato..
Al llegar a la cima de la montaña observé que se podía divisar parte de la bahía de Ocoa por donde apenas cuatro días antes habia desembarcado Caamaño y trazando una línea imaginaria tambien noté, que era casi una línea recta ligeramente inclinada a la derecha lo que pensar que Francis no estaría lejos de allí o habría pasado hacía poco por lo menos en la madrugada o la noche anterior y la presencia de un fuerte contingente militar me daba la razón tengo que volver me dije y ahora a trabajar.
Me dirigí precisamente al despeñadero por donde se bajaba a un vallezuelo llamado el Cercado, pero rápidamente un cabo y barios soldados se pusieron en guardia y me cerraron el paso, entonces vi. Un sargento al que creía conocer pero tenía dudas y el me reconoció y acercándose dijo: tu no eres Adolfito, como de niño y joven me llamaban en mi pueblo porque en honor a mi padre; Adolfo es mi segundo nombre, entonces me dirigí al carro y traje barias cajas de cigarrillo, y fósforo que habia comprado en Ocoa con esos propósitos el sargento muy contento fue a distribuir cigarrillos y a los soldados y le dijo al cabo déjelo pasar que es mi sobrino.
El cabo contestó que abajo estaba el teniente y el sargento dijo llévele una caja de cigarrillo sobrino que el tambien fuma dígale que usted vino a traérme varias y yo le mande esa para que lo conozca, al subir el sargento en baja voz me dijo vallase por detrás de la ambulancia y vea lo que hay ahí era un espectáculo macabro y de ello les contare mañana. He querido hacer estos planteamientos preliminares a modo preparar el escenario para entrar en materia porque hasta aquí lo que ha habido es un grupo de hombres buscando asentamiento clandestino en frías montañas de la cordillera central y un fuerte contingente militar cerrándole el paso, mañana precisamente es el día en que comienza la batalla, Gracias amigos hasta luego E/mail:/http://miturbides@yahoo.com


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