sábado, mayo 10, 2008

José Francisco de la humildad a la inmensidad del liderazgo


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En 1961 Se producen en República Dominicana las primeras manifestaciones patrióticas contra la dictadura heredada de Trujillo y sus remanentes encabezados por el presidente Balaguer y Ranfis, hijo mayor del tirano que con el Estado Mayor trujillista intacto pretendían acallar a un país en pie de lucha reclamando sus libertades conculcadas durante el largo período de 31 años, a las cinco de la tarde del día cinco, desde un balcón del histórico Hotel Comercial, que da a la Calle del Conde, la comisión encargada de organizar el PRD en el territorio nacional se dirige a numerosos ciudadanos conglomerados en la acera del edificio Baquero.

José Francisco, estaba ahí, en el hotel; junto a la comisión, acompañado de los doctores, Luís Lembert Peguero, abogado y Humbertilio Valdez Sánchez, odontólogo. José F. conocía la existencia del Partido Revolucionario Dominicano por informaciones recibidas de Pablo Mirabal, Pablito, un adolescente cubano héroe de la jornada patriótica de Constanza Maimón y Estero Hondo, del 14 de junio de 1959, a quien dio clases en el “Reformatorio de San Cristóbal”, dado que Pablito era menor de edad el dictador ordenó que no fuera recluido en la cárcel pública como prisionero de guerra.

El 5 de julio de 1961 llegaron al país, enviados por el Partido Revolucionario Dominicano, PRD, desde el exilio, Ángel Miolán, Nicolás Silfa y Ramón A. Castillo, en la misión política de organizar el partido en todo el territorio de la República Dominicana. El 7 de julio, cientos de personas se reunieron en el parque Colón frente al recién inaugurado local del partido en la calle del Conde número 13, facilitado por la familia Gerardino, allí se improvisó un micro-mitin; el primero de un partido de oposición tras la muerte de Trujillo. Y se inició también el joven líder, José Francisco, que lo seria despues del PRD, a nivel nacional, latinoamericano y mundial.

Sus palabras fueron breves, las condiciones imperantes en el referido parque; rodeado de militares, prácticamente lo impedían; pero un José Francisco desafiante decidió llamar al pueblo a unirse al PRD, para instaurar en el país un régimen de libertades e invitó a un grandioso mitin en el mismo parque para el día siguiente; sábado ocho a las cuatro de la tarde, algunos de los presentes consideraron inapropiada la convocatoria, porque provocaba que fuese reprimido o impedido el ansiado mitin; insistian en que fuese de persona a persona. Empero Manolito Baquero, del 14 de junio, Wilfredo Nadal y Domingo Sánchez Bisonó, también del 14 de junio, lo consideraron correcto, Nadal era independiente hasta ese momento, sin embargo participó en las conversaciones con los propietarios del legendario edificio que fuera primer domicilio del PRD en dominicana, ya demolido.

Los tres entendían que la actitud del nuevo líder, era un valiente reto al gobierno de Balaguer y la estructura militar de Trujillo, que permanecía aún intacta con Ranfis, el hijo mayor del ajusticiado dictador, en la comandancia. La prensa nacional: Radio Televisión La Voz Dominicana, Radio Caribe, El Caribe, y la Nación, entonces todos de la familia Trujillo, ignoraron la llegada de la comisión del PRD, apenas El Caribe hizo un breve comentario informativo, Radio Caribe como era habitual desplegó en sus hondas una andanada de insultos y vituperios a los comisionados y sus seguidores. Los mítines del cinco en la tarde como el del viernes 7 recibieron igual tratamiento. Consideraban que si era reprimido el mitin, se haría noticia en la prensa internacional ya presente en la ciudad capital y el pueblo los escucharía en las emisoras de Onda Corta de México, Cuba, Puerto Rico, Colombia y Venezuela que ya se sintonizaban con mayor libertad.

Ese día grandioso para el PRD y la democracia dominicana, cinco de julio de 1961, poco antes de las cinco de la tarde José Francisco Peña Gómez ingresó al Hotel Comercial, que entonces era el cuarto más importante del país y el único privado, situado en la esquina de las Calles del Conde y Hostos, en la ciudad Colonial de Santo Domingo, capital Dominicana. Allí se encontraban Angel Miolán, Nicolás Sifa y Ramón A. Castillo, que integraban la comisión encargada de llevar al PRD desde el exilio a territorio dominicano.

Peña entro acompañado del abogado Luís Lembert Peguero y el odontólogo Humbertilio Valdez Sánchez, que vivían y tenían sus oficinas al lado y al frente del citado hotel, despues del mitin en que los comisionados hablaron a la concurrencia desde el balcón del Hotel, Peña permaneció un buen rato conversando con ellos, al salir Peña, Lembert y Valdez, se fueron a la oficina de este último, yo había estado al frente del hotel en la esquina del edificio Baquero acompañado del arquitecto Manuel Baquero Read (Manolito), el abogado y periodista Luís Ovidio Méndez y el agrónomo Domingo Sánchez Bisonó.

Allá fuimos (al consultorio de Valdez) porque a Manolito le intrigaba la presencia de Peña Gómez y de dónde vino, pensando que fuera del extranjero y aunque Lembert le había explicado al salir momentáneamente a la calzada del Hotel, que se trataba de un joven profesor y estudiante universitario, que además era locutor y dotado de una inteligencia extraordinaria, que hablaba del PRD como si él hubiera venido con ellos, así se expresaba el valiente abogado barahonero de José Francisco, sin embargo; su explicación no le fue suficiente y el arquitecto insistía en conocerlo.

Todos estábamos impresionados con el joven José Francisco al que ya Miolán le había llamado “El Príncipe” al momento de encomendarle la organización del primer mitin público del PRD en territorio dominicano en el parque Colón, el sábado ocho de julio, a las cuatro de la tarde, aunque militante del 14 de junio Manolito se hizo un estratégico colaborador del partido en sus primeros meses en tierra dominicana a través de Peña.

Luego de su breve debut como orador político el día anterior viernes 7 desde la elevada calzada del parque de frente al ya inaugurado local nacional del PRD, José Francisco se preparaba para un gran discurso de mayor proporción y en el tercer piso del edificio a grandes zancadas yendo de un lado a otro memorizaba en voz alta lo que sería su pieza oratoria de apertura del gran acontecimiento público en más de 31 años, me contaron Lembert y Manolito, días después. Un mitin de oposición en territorio dominicano, no era para menos, todos emocionados y trabajando para el mismo, no obstante el mitin fue reprimido al empezar, la guardia entró al centenario parque, José Francisco, fue rodeado de un muro humano que lo condujo de vuelta al local del partido en el conde 13 frente al parque, hubo patadas, culatazos y detenidos; impedido de entrar a la entonces “Ciudad Trujillo” lo que ocurrió en las tres entradas Cibao, Sur y Este, para evitar la asistencia del interior, yo estaba de regreso al Seibo a la casa del tío de mi padre Laito González a donde había ido el día anterior, luego de llevar la información del mitin al compañero Aris Carrero en Hato Mayor, los compañeros Ramoncito Morales, Tomás Bobadilla y Napoleón Beras, locutor, muy joven por cierto y a mi tío, en el Seibo al que me referí antes, a Chichí de la Cruz, en Pedro Sánchez, este último del 14 de junio, a Majane Seguie, y a Lolingo Natera en Miches, para que invitaran a los compañeros ya identificados en esas regiones. De modo que no participé de los acontecimientos del siete y el ocho en la capital.

A San Pedro de Macoris, para avisar al compañero David Escoto, a la Romana para informar a Cundo Gil y al doctor Flaquer, como a Higuey para comunicárselo al compañero doctor Ozuna, fue un compañero muy valiente, al que solo recuerdo como “El Gaucho” mote creado por Miolán, Aridio García de León, para entonces un joven enamoradizo, pro muy revolucionario; que posee una fantástica memoria debe recordar su nombre. El Gaucho fue apuñaleado, al hacerse escudo humano meses despues al salir de Radio Caribe, cuando intentaron asesinar al compañero Plinio Vargas Matos, locutor fundador de Tribuna Democrática, junto a José Francisco. También fue herido en ese acto salvaje el compañero Sergio Soler, bizarro combatiente constitucionalista caído en la guerra de abril (1965) en la batalla de la calle 10 esquina Central en Gualey-Ensanche Espaillat, tras un combate de 18 horas continuas, que comentaba en días pasados con los combatientes, Chacón, Jesús y Rosario, los dos primeros tendrían 10 ó 12 años entonces y el último era ya un “tajalán” y también combatiente.

Le faltaba madurez, es evidente; a José Francisco, pero a la muerte de Trujillo era ya un joven con madera de líder, que impondría su autoridad y su carisma basado en la humildad que lo caracterizó, en cualquier momento y circunstancia y lo demostró en esos días nefastos del final de la dictadura bajo la regencia del doctor Joaquín Balaguer presidente heredero del poder del jefe. Durante la campaña de 1962, tras el derrocamiento del gobierno constitucional en 1963, durante las conspiraciones en el régimen del Triunvirato, en la guerra de abril, durante los represivos 12 años de Balaguer, tras la muerte de Caamaño en Ocoa 1973, despues del salto de Bosch en 1973 para fundar un nuevo partido. Dirigió desde entonces el partido en una etapa de claro crecimiento entre 1974 y 1978, cuando lo condujo al poder en este último año con don Antonio Guzmán y luego hasta su muerte. Peña fue un gran mariscal de excepcionales batallas políticas de las que resultó casi siempre vencedor, fue el más grande líder dominicano de todos los tiempos.

Hoy conmemoramos el décimo aniversario de su sentido fallecimiento, con igual sentimiento de dolor ¡Peña vive en el recuerdo del pueblo dominicano!

Así se forjó lo que fue el liderazgo de acero de José Francisco. Fragmentos de mi libro en preparación, sobre su trayectoria política y configuración síquica de su personalidad.

Moisés Iturbides

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